(You Can Trust the Gospel Accounts, Even If They Don’t Agree)
En la película Dios No Está Muerto 2, se me pidió que defendiera la historicidad de Jesús y la confiabilidad de testigos oculares de los Evangelios. Los escépticos a veces cuestionan los Evangelios porque parece haber diferencias entre los relatos. Siendo yo mismo escéptico, investigando los Evangelios por primera vez cuando tenía treinta y cinco años, también observé las discrepancias entre los Evangelios. Estas diferencias, sin embargo, no los descalificaron automáticamente para mí. Si hay algo que mi experiencia como detective ha revelado, es que los testigos a menudo hacen afirmaciones conflictivas inconsistentes al describir lo que vieron en la escena de un crimen. Frecuentemente discrepan unos con otros, y bien sea no vieron algo obvio, o describen el mismo evento de varias maneras conflictivas. Mientras más testigos estén involucrados en un caso, es más probable que habrá puntos de discrepancia. Cuando encuentro discrepancias evidentes entre los relatos de testigos oculares, no doy por sentado automáticamente que alguien está mintiendo, o que los testigos no son confiables. Más bien, acepto mi responsabilidad investigativa y hago lo mejor que puedo para entender por qué parece que los testigos discrepan. La mayoría de las veces puedo reconciliar legítimamente el testimonio y llegar a la verdad. Uno puede confiar en los testigos oculares aun cuando parezca que discrepan. Cuando empecé a investigar los Evangelios, mantuve esta verdad en mente.
Puedo recordar un homicidio en particular que tuvo lugar en el estacionamiento de un restaurante en nuestra ciudad, a hora avanzada una noche de lluvia, mucho después de que nuestro equipo de homicidios se había ido a casa. Los policías respondieron a la escena y descubrieron que el sospechoso ya había desaparecido. Los oficiales ubicaron tres testigos y los entrevistaron muy brevemente. Pronto reconocieron que la investigación del asesinato requeriría la participación de nuestro equipo. Los despachadores de radio llamaron a nuestro sargento, y él empezó a darnos la información por teléfono, pidiéndonos a cuatro de nosotros que tomáramos la investigación. Me llevó casi una hora vestirme y acudir al lugar del crimen. Cuando llegué allí, descubrí que los policías reunieron a los testigos, y los pusieron en el asiento posterior de su patrullero a fin de que no se empaparan bajo la lluvia. Este simple acto de bondad casi arruina el caso. Aprendí hace muchos años la importancia de separar a los testigos. Si a los testigos oculares se los separa rápidamente unos de otros, con más probabilidad proveerán un relato sin influencia, puro, de lo que vieron.
Sí, sus relatos inevitablemente diferirán de los relatos de otros que presenciaron el mismo evento, pero eso es el resultado natural de la experiencia pasada del testigo, su perspectiva y cosmovisión. Puedo lidiar con las inconsistencias; las espero. Pero cuando a los testigos se les permite reunirse (antes de que se los entreviste) y que comparen notas y observaciones, con probabilidad recibiré una versión armonizada del evento. Todos ofrecerán la misma narración. Aunque esto pueda ser más nítido, resultará con el sacrificio de algún detalle importante que un testigo está dispuesto a dejar a un lado a fin de alinear su relato con el de los demás testigos. Yo no estoy dispuesto a pagar ese precio. Prefiero tener tres versiones caóticas, al parecer contradictorias, del evento, antes que una versión armonizada que haya eliminado algún detalle importante. Sé que al final podré determinar la verdad del asunto al examinar todos los tres relatos. Lo que parecen ser contradicciones por lo general son fáciles de explicar una vez que aprendo algo en cuanto a los testigos y sus perspectivas (tanto visual como personalmente) al momento del crimen.
A los jurados se les advierte que no desacrediten el testimonio de los testigos oculares simplemente debido a lo que parece ser una discrepancia entre los relatos:
«No rechaces automáticamente el testimonio simplemente debido a inconsistencias o conflictos. Considera si las diferencias son importantes o no. Las personas a veces sinceramente se olvidan de cosas o cometen equivocaciones en cuanto a lo que recuerdan. También, dos personas pueden presenciar el mismo evento y sin embargo verlo u oírlo diferentemente» (Sección 105, Instrucciones del Concilio Judicial de California al Jurado, 2006).
Las diferencias entre los Evangelios no son evidencia de falta de confiabilidad, son los atributos que se esperan del testimonio de testigos oculares confiables Haga click para tuitear. Share on XLas diferencias entre los Evangelios no son evidencia de falta de confiabilidad, son los atributos que se esperan del testimonio de testigos oculares confiables Haga click para tuitear. Tenga esta instrucción al jurado en mente cuando encuentre lo que parece ser una contradicción entre los relatos de los Evangelios del Nuevo Testamento. Estas diferencias no son evidencia de falta de confiabilidad; son los atributos esperados del testimonio de testigos oculares confiables. Yo espero que los testigos oculares discrepen. Si los cuatro Evangelios fueran idénticos en su contenido, al instante yo habría sospechado. No los acepté ciegamente; los examiné con la plantilla de cuatro partes que utilizo para evaluar los testigos oculares en los juicios criminales. He descrito esto con amplitud en Cristianismo: Caso Resuelto. Cuando los Evangelios pasaron la prueba, acepté su confiable contenido. Las diferencias no fueron de importancia, porque se puede confiar en los relatos de los Evangelios, aun cuando discrepen. (Este artículo se ha tomado de Caso Resuelto. Para más información, refiérase al capítulo 4: Examine sus testigos.
J. Warner Wallace es un detective de homicidio en casos fríos, Senior Fellow en el Colson Center for Christian Worldview, profesor adjunto de apologética en la Universidad de Biola, y autor de Cristianismo, Caso Resuelto and Fe Forense.
Cuando Wallace aplicó sus habilidades como perito detective a las afirmaciones del Nuevo Testamento, llegó a una comprensión sorprendente: el caso por el cristianismo fue tan convincente como cualquier caso con el cual él jamás había trabajado como detective. El libro Cristianismo: Caso Resulto ofrece una apologética única que habla del interés intenso de los lectores en las historias de detectives. El Cristianismo: Case Resuelto inspira a los lectores a tener confianza en Cristo mientras los prepara para articular el caso para el cristianismo.
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J. Warner Wallace is a Dateline featured cold-case homicide detective, popular national speaker and best-selling author. He continues to consult on cold-case investigations while serving as a Senior Fellow at the Colson Center for Christian Worldview. He is also an Adj. Professor of Christian Apologetics at Talbot School of Theology, Biola University, and a faculty member at Summit Ministries. He holds a BA in Design (from CSULB), an MA in Architecture (from UCLA), and an MA in Theological Studies (from Gateway Seminary).